Desde Valencia, en donde el otoño europeo empieza a endurecer el aire, Tino Costa vuelve a mirar hacia Tucumán. No desde la nostalgia ni desde el recuerdo tibio de una etapa pasada, sino desde una voluntad que se vuelve casi necesidad. Tino pide un mano a mano con LA GACETA, dice que tiene un mensaje por darle a esos fanáticos a los que aún lleva en su corazón.

El dueño de una zurda que hizo delirar al pueblo "santo", y autor de un gol que definió un clásico contra Atlético que quedará en la historia, quiere retomar un camino que el fútbol le interrumpió cuando todavía tenía algo más para dar. Ahora, ya retirado, busca una segunda oportunidad. Y el escenario, una vez más, es San Martín.

La llamada se abre con una sonrisa. Él, sentado en Valencia, en donde vive desde su retiro profesional, deja en claro que quiere volver a San Martín.

Costa no necesita pensarlo demasiado para explicar qué lo mueve. Lo dice con la tranquilidad de quien maduró la idea durante años, pero con la intensidad del que todavía siente una deuda íntima. “Siempre lo dije; yo me encariñé muchísimo con la gente de Tucumán. Me trataron como si fuera mi casa, a mí y a mi familia. Hice todo para poder ascender con San Martín; estuvimos a un pasito dos años seguidos, pero no se dio”, asegura el ex volante, que es el apuntado por la lista "Identidad roja y blanca" (que propone a Samuel Semrik como presidente) para ser el Secretario Técnico del club.

Quizás por eso duele más cómo terminó su etapa. Se fue sin querer irse, sin poder cerrar su círculo, sin cumplir su deseo más profundo de retirarse con la camiseta de San Martín. “Me quería retirar ahí, aunque sea jugando gratis. Pero no me dieron la posibilidad. Y me quedó esa espina”, advierte.

Por eso hoy, desde otro rol, aparece la idea de un regreso. Un retorno distinto, sin botines, pero con un propósito aún más grande. “Si desde afuera puedo ayudar a lograr lo que no pude como jugador… ¿por qué no? Sería cumplir ese sueño, pero desde otro lugar”, lanza.

El sentimiento por San Martín no se corta

En el fútbol, los vínculos verdaderos no entienden de geografía. Para Tino, Tucumán es una presencia permanente. Lo sigue, lo llama y lo acompaña. “Me encariñé con San Martín, con su gente y con La Ciudadela. Y eso no se va”, jura el "8" fino.

Ese vínculo no es una frase. Está sostenido en historias, en miradas y en tardes que dejaron huella. Como aquella en la que Ricardo Seoane lo llamó por primera vez para traerlo al club. O en esos partidos en los que los hinchas lo aplaudían incluso cuando las cosas no iban bien para el "Santo."

Ese lazo vuelve ahora en forma de propuesta. “Yo con Richi (Seoane) tengo una relación muy buena. Fue quien me dio la posibilidad de llegar al club y le tengo muchísima confianza. Con "Nacho" Sagra también tengo muy buena onda y mucho contacto. Eso, sumado a que quiero a San Martín, me impulsa a ir a dar una mano. A mí me interesa estar y ayudar desde algún lado”, explica Costa, marcando límites. “No quiero meterme en política; yo estoy para trabajar y para hablar con la gente de San Martín”.

El rol que Costa imagina: una secretaría con identidad “santa”

La conversación se vuelve más concreta cuando explica qué podría aportar. “Participaría del armado del equipo y de la elección de jugadores. Creo que puedo dar mi punto de vista sobre la categoría y sobre qué futbolistas pueden rendir en San Martín; porque no es fácil jugar con esa camiseta”, remarca. 

No lo dice como advertencia, sino como aprendizaje. San Martín exige carácter, personalidad y futbolistas que no tiemblen cuando el estadio ruge. Ese conocimiento vivido es su valor agregado. “No podés traer un técnico que no coincida con la idea del club. Tiene que haber una línea clara, desde arriba hacia abajo. Sin choques y sin egos. San Martín necesita unidad”, asegura Tino.

Con respeto y sin estridencias, analiza lo que pasó en los últimos años. “Después de la etapa de (Pablo) De Muner, hubo muchos cambios; y eso genera inestabilidad”. Por eso habla de lograr un proyecto sólido; algo que, según él, debe sostenerse incluso en la tormenta. “El club necesita unión. Desde la dirigencia hasta la gente. Todos quieren ganar, todos quieren ascender. Lo comparto al 100%, pero hay que trabajar mentalizados y con ganas”.

La distancia no es un obstáculo. “Yo estaría bien presente en la época de los mercado, que es cuando más trabajo hay. Y después seguir sumando, trabajando e intentado crecer. Incluso en la distancia”, explica antes de la despedida.
“A mí y a mi familia nos trataron increíblemente en Tucumán. Fuimos muy felices. Si puedo tener la posibilidad de ayudar y de devolver ese cariño, sería un orgullo. Quiero lograr lo que yo no pude como jugador: llevar a San Martín a Primera”, concluye el ex futbolista que, con su look europeo y la experiencia obtenida quiere volver a Bolívar y Pellegrini; porque, según él, aún tiene mucho para dar.